Prevención sobre la enfermedad del cáncer
Las estadísticas sobre la incidencia del cáncer y sus
tasas de mortalidad en todo el mundo se incrementa rápidamente y de modo
alarmante, el contexto histórico exige la necesidad de adoptar estrategias
eficaces con la misma rapidez. Se calcula que en la gestión 2012 se
diagnosticaron 14 millones de casos nuevos, y que en 20 más, podría llegar a
los 22 millones de casos al año (OMS); por ello la urgencia de estrategias y
políticas públicas protagonizadas por el gobierno, la Universidad, empresas
privadas y la sociedad civil.
La experiencia de lucha contra el cáncer, aplicada en
países de altos ingresos ponen de manifiesto que la prevención funciona cuando
se tiene una legislación adecuada para reducir la exposición a agentes
cancerígenos y los comportamientos de riesgo.
Los avances científicos y la experiencia enseñan poner
esfuerzos en la prevención, detección precoz, y la formación de recursos
humanos para su ejecución. La inversión en este ámbito debería ser sin temor a
perdida; ya que es más económica que el tratamiento de las distintas neoplasias;
además, casi la mitad de todos los cánceres podrían evitarse si los
conocimientos actuales sobre el cáncer se aplicaran de forma adecuada. Los
métodos tecnológicamente sencillos de detección precoz y cribado han demostrado
su eficacia en los países en desarrollo.
En Bolivia el acceso a educación, prevención, diagnóstico
precoz y tratamientos oportunos reducirían significativamente la mortalidad.
La UMSA y el LUCC asumen la responsabilidad social en
la lucha contra el cáncer, basada en la educación, sensibilización y el acceso
gratuito a diagnóstico de leucemias.
Muchos países en desarrollo siguen viéndose afectados desproporcionadamente
por la doble carga que supone la alta tasa de cánceres provocados por
infecciones (como el cáncer cervicouterino, el cáncer de hígado y el cáncer de
estómago) y la incidencia creciente de
Con todo, la administración de vacunas eficaces contra el virus de la
hepatitis B y el virus del papiloma humano puede reducir considerablemente el
número de cánceres de hígado y de cuello del útero, respectivamente. La prevención
de la propagación del consumo de tabaco en los países de ingresos bajos y
medios reviste una importancia crucial para la lucha contra el cáncer. Del
mismo modo, en lo que respecta a cánceres como el colorectal y el de mama, en
los países en rápida industrialización también se debería dar prioridad a la
adopción de medidas para promover la actividad física y evitar la obesidad.
Detección precoz, diagnóstico y tratamiento
Además, los métodos tecnológicamente sencillos de detección precoz y
cribado han demostrado su eficacia en los países en desarrollo. Un buen ejemplo
es el cribado del cáncer cervicouterino mediante la inspección visual con ácido
acético y el tratamiento con crioterapia y coagulación en frío de las lesiones
precancerosas. Este tipo de programa de «cribado y tratamiento» se ha aplicado
con éxito en la India y Costa Rica, por ejemplo.
«Los gobiernos deben mostrar voluntad política para incrementar de manera
progresiva la aplicación de programas de cribado y detección precoz de alta
calidad, los cuales representan una inversión más que un gasto», dice el Dr.
Bernard W. Stewart, codirector del World Cancer Report 2014.
Legislación adecuada para reducir la exposición y los comportamientos de
riesgo
Las enseñanzas extraídas de las medidas de lucha contra el cáncer aplicadas
en países de altos ingresos ponen de manifiesto que la prevención funciona,
pero que no basta únicamente con promover la salud. El hecho de contar con una
legislación adecuada desempeña un importante papel en la reducción de la exposición
y los comportamientos de riesgo.
Por ejemplo, el primer tratado internacional patrocinado por la OMS —el
Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco— ha sido decisivo para
reducir el consumo de tabaco mediante impuestos, restricciones a la publicidad
y otras normas y medidas de control y desincentivación del consumo de tabaco.
También se tiene que considerar la posibilidad de aplicar enfoques
similares en otras esferas, sobre todo en lo que respecta al consumo de alcohol
y bebidas azucaradas, así como para limitar la exposición a riesgos
carcinogénicos de tipo ocupacional o ambiental, incluida la contaminación
atmosférica.
«Una legislación adecuada puede fomentar comportamientos más saludables,
así como desempeñar su reconocida función de proteger a las personas de los
peligros en el lugar de trabajo y de los contaminantes ambientales», señala el
Dr. Stewart. «En los países de ingresos bajos y medios, es fundamental que los
gobiernos se comprometan a aplicar de forma efectiva medidas normativas para
proteger a sus poblaciones y poner en marcha planes de prevención del cáncer».
Se calcula que en 2012 se alcanzó los 14 millones de casos nuevos al año,
una cifra que se prevé que aumente hasta los 22 millones anuales en los
próximos dos decenios. En el mismo periodo, se prevé que las muertes por cáncer
aumenten desde los aproximadamente 8,2 millones de casos anuales hasta los 13
millones de casos anuales. En 2012, los cánceres diagnosticados con más
frecuencia a nivel mundial fueron el de pulmón (1,8 millones de casos, esto es,
el 13,0% del total), el de mama (1,7 millones, esto es, el 11,9%) y el cáncer
colorectal (1,4 millones, esto es, el 9,7%). Los tipos de cáncer que provocaron
un mayor número de muertes fueron los de pulmón (1,6 millones, esto es, el
19,4% del total), hígado (0,8 millones, esto es, el 9,1%) y estómago (0,7
millones, esto es, el 8,8%) (Datos OMS).
No hay comentarios:
Publicar un comentario